ANDA el dolor del alma en carne viva
horadando tejidos y emociones
y anda la vida viva detenida
ahuyentando el dolor que, se propone,
ganarle la partida.
Anda la carne viva resistiendo
y en carne viva lucha y se mantiene
con la fuerza del alma, sin saberlo,
enfrentado a batallas que le hieren
para vencer el miedo.
Anda el alma perdida entre la carne
que viva y dolorida se conduele
y anda el sueño cerrando con alambres
-un punto de sutura que va y viene-
la herida de la carne.
Pero... ¿Y la herida y el dolor del alma,
quién le pondrá sutura a este desahucio?
Entre la carne viva el sueño vaga
y el alma dolorida, muy despacio,
le pone sueños para ver si sana.
Que anda la vida en carne viva...
y malherida el alma.
Autor: Manuel López Azorín
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